Mi travesía comenzó en 2015. Luego de estudiar un Master de Banking & Finance en Boston University, algo de China me atrajo como parte de mi formación como abogado financiero con maestría en tributación. Fui testigo de muchos cambios en el país de Mao, no sólo por su cultura, sino por su impactante desarrollo tecnológico. Tomé las maletas junto a mi familia y me mudé a Shanghai.
El gigante asiático no sólo se veía poco bancarizado en ese entonces, sino que la falta de inclusión financiera llevó a las pequeñas y medianas empresas a tener que inventarse y apalancarse en la tecnología.
Y no sería sino hasta la llegada de las redes sociales con impacto en el mundo financiero cuando se gatillara la transformación. Las Fintech comenzaban a surgir en Asia y en el mundo. Y en China sí que crecían rápido.
El año 2016 ya se veían mendigos pidiendo limosnas con códigos QR, se pagaban cuentas por WeChat, Alipay ganaba adeptos entre amigos y también servía para transferir dinero entre los contactos del celular. El efectivo desaparecería casi por completo, y yo tuve la suerte de vivir esta transformación en carne propia y aprender lecciones de por vida.
Gracias a eso, he podido aportar con varias de las ideas disruptivas que se aplican hoy en NotBank, y espero que éstas sean útiles para el desarrollo regional y global de la empresa.
Como director de esta institución de vanguardia me interesa colaborar tanto en el mercado como en la regulación, dando al Board una mirada diferente y de futuro, con una perspectiva de crecimiento sin límites.
